Mario Vargas Llosa, el gran referente de la literatura y el premio Príncipe de Asturias defensor de la tauromaquia.
Mario Vargas Llosa, uno de los escritores más destacados de la literatura en lengua española falleció este 13 de abril del presente año.
A través de un comunicado, sus hijos confirmaron que el aclamado escritor, quien deja una extensa y prodigiosa obra literaria, falleció en Lima, rodeado de su familia y descansa en paz.
Podemos poner un nombre al lado de cada genérico sin riesgo a que éste no sea símbolo de la cultura de los pueblos. Animal, toro de lidia; torero, Manolete; pintor, Picasso; escultor, Botero; escritor, Vargas Llosa. Todos ellos tienen en común su significado de referencia cultural de tal forma que, sólo con nombrarlos, contextualizamos toreo, naturaleza, rito, pintura,
literatura, ... extraerle su ‘taurinidad’, es un exterminio más inhumano aún. Porque eliminar de ellos su ser, su esencia (taurina, torera o como se quiera decir) significa silenciaros. No existieron. Dentro de poco Vargas Llosa no existiría ni tampoco ‘La ciudad y los perros’, ‘La casa verde’, ‘Pantaleón y las
visitadoras’, ‘La fiesta del chivo’. Como ya no existen Borges, Fuentes, Márquez, Lorca, Cortázar, Rulfo, y todos los que fueron seres vivos de esa gran especie que desaparece.
Oooooooooooooooole
Cesar Bazan;
Su amor por la Fiesta Brava no fue una afición pasajera, sino una convicción que defendió con el poder de su pluma y la fuerza de sus ideas. Vargas Llosa entendía el toreo como un arte profundo, un rito de valor, estética y tradición, parte esencial del alma hispanoamericana.
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