Madrid, 29 de mayo | Feria de San Isidro 2025
El quinto de la tarde, “Tomillo”, fue quizá el más encastado y el que fue a más del cuestionable encierro, no ofreció opciones de lucimiento en el recibo, pero Andrés Roca Rey lo sacó con oficio a los medios, cuidando cada paso de la embestida. Desde el primer muletazo, se puso de verdad por ambos pitones.Aunque el toro transmitía poco, el peruano puso todo lo que al animal le faltaba, construyendo una faena de menos a más. Al natural encontró profundidad, con la muleta muerta bajo el hocico, tirando del toro con pureza.
Llegó entonces una tanda con la derecha ligada, limpia, profunda. La siguiente fue aún mejor: encajada, templada, rematada con un pase de pecho eterno que despertó al tendido. Andrés había encontrado la distancia y exprimió hasta el último tranco de “Tomillo”.
Dos redondos remataron una obra de poder invisible, de sacar agua de un pozo seco. Nadie apostaba por esa faena, salvo él, que la imaginó y la creó. El estocadón también sin puntilla firmó y la petición y el palco le concedió una oreja de ley.
Al tercero “Delinciente” le aprovechó los primeras embesttidas para seis delantales planchados y una larga de ovación. Con la muleta se dió de rodillas a medio viaje y empalmó tres por el pecho y dos por la espalda, cuajo una serie sobre la diestra de poder y mano baja. Y con varios circulares invertidos que no hicieron más que levantar las pasiones y gran parte de la audiencia. Estocada en la cruz, que tiró sin puntilla al mezquino. La petición mayoritaria fue ignorada y Andrés no quiso salio a saludar la ovación.
FICHA DEL FESTEJO:
Plaza de toros de Las Ventas (Madrid).
18 festejo de la Feria de San Isidro 2025.
Lleno de ‘No hay billetes’.
Toros de El Torero,
DIEGO URDIALES, silencio tras aviso y silencio.
ANDRÉS ROCA REY, silencio tras petición y oreja tras aviso.
RAFAEL SERNA, que confirma alternativa, silencio y oreja.
Nota: En Madrid, en las Ventas y en pleno San Isidro el palco presidido por don José Luis González Gonzalez y acuciado por el tendido siete, le niega la Puerta Grande a Roca Rey, con dos lidias a la medida de sus toros y dos grandes estocadas, y premia una faena deslavazada rematada con un bajonazo del confirmante Serna.